Algunos dicen que para conocer una ciudad hay que perderse en ella. Una de las mejores maneras para hacerlo en Tokio es en el barrio Shinjuku a la noche.
Adentrándose, uno puede encontrar el mundo escondido del Golden Gai entre una galaxia de luces neón de las avenidas.
Este lugar es conocido por sus seis callejuelas muy angostas iluminadas con faroles y luces tenues, procedentes de los bares que colorean el lugar. El encanto de estos locales tan diminutos es que sólo pueden entrar entre siete y diez personas por local, convirtiéndolo en una experiencia diferente a lo que uno vive comúnmente en un bar. Estos bares se encuentran dentro de pequeños edificios de dos pisos, todos alborotados con sus decoraciones distintas y pegados el uno junto al otro.
El Golden Gai es muy diverso; al pasar por fuera de cada bar se pueden oír distintos tipos de música y ofrecen diferentes estilos de ambiente. Uno puede encontrarse con una decoración hippie, de tema americano y hasta de música metal, pero todo se une con las risas y la diversión que invita este lugar.
Como es una experiencia tan personal, es fácil para uno verse envuelto en una conversación con el barman o los dueños del local, haciendo esto una noche única y muy divertida. Sus puertas están abiertas todos los días a partir de las nueve y comúnmente cobran un precio de entrada entre 500 y 1,000 yenes que no incluye bebida, pero hay algunos que no cobran precio de entrada.
Estas calles angostas parecen mantener viva la fiesta sin importar que sea lunes, cumplen con su propósito de conocer algo diferente y lo hacen de una manera muy entretenida.
Caminar por allí, uno puede sentirse como si estuviera inmerso en un mundo fuera de Tokio, pues recuerda a los callejones antiguos de Japón por los múltiples faroles rojos y blancos que decoran varios locales y, al mismo tiempo, le da un toque contemporáneo con el neón que se asoma de sus puertas y ventanas. Me atrevo a decir que hasta da un aire a un callejón de Hong Kong, ya que ofrece una intimidad como si te invitara a compartir un secreto. En general, este mundo ofrece un sabor más personal de Tokio, una vivencia frente a frente con su mundo nocturno.